(10 CASOS REALES DE LA COMPETICIÓN DE CÓMO TRANSFORMAR EL PESIMISMO EN OPTIMISMO)
En cuantas ocasiones hemos oído la frase «este piloto tiene mucho talento, pero no se lo cree lo suficiente» haciendo referencia a sus pobres expectativas en el potencial deportivo. Gracias a las investigaciones de los psicoterapeutas y psicólogos en tratar los pensamientos y las emociones, existen estudios que constatan que la mente tiene un gran poder en nuestros resultados.
En cualquier caso, estoy seguro de que a menudo te preguntarás si realmente tiene algún sentido ser optimista, el ser humano es en sí es pesimista, tiende a imaginar los resultados negativos, algo que le ha ayudado a evolucionar y que tiene que ver con la amígdala cerebral (estructura subcortical situado en la parte interna del lóbulo temporal media, integra las emociones con los patrones de respuesta correspondientes a estas). El hecho es que el ser pesimista ayudó bastante hace miles de años en la supervivencia, cuando tenías que estar alerta por si te comía un tigre cuando salías a buscar comida. En la actualidad hay muchos menos peligros, pero la gente sigue siendo bastante pesimista. En Psicología, la visión más común de ser positivo/optimista es «mantener expectativas positivas sobre el futuro, teniendo una implicación en el comportamiento». Básicamente se refiere a la creencia de que pueden pasar cosas buenas en tu vida. Si actúas en la consecución de algo, lo haces porque crees que es probable conseguir esos objetivos a partir de tus acciones. Si te convences de que lo que deseas conseguir es posible, lo intentaras con perseverancia aunque el progreso sea difícil o lento. Si ves los objetivos como inalcanzables, disminuirás el esfuerzo y te desmotivarás. Por tanto, tus expectativas tendrán un efecto en dos tipos de comportamientos: abandonar o persistir.
Existen numerosos estudios que confirman que los deportistas que son optimistas obtienen un mayor éxito en sus carreras deportivas y menos estrés que los deportistas pesimistas. Se sabe que al menos una parte es genética. Sin embargo, otra parte significativa es a causa de las experiencias y ambiente que la persona ha vivido. A su vez, es importante el aprendizaje a partir de experiencias de éxito o fracaso. Si una persona ha fracasado en el pasado, tiende a pensar que volverá a fracasar en el futuro.
Visto esto, veamos algunos miedos o situaciones pesimistas que podría tener un piloto en una competición y de cómo podría reprogramar el pensamiento con un enfoque positivo:
- Creo que he entrenado bien para esta carrera, pero puede que mis rivales hayan entrenado más y me ganarán.
«He entrenado muy bien para esta carrera, estoy convencido de que puedo hacer un buen resultado y voy a dar mi 100%.»
- Posiblemente tendré una mala salida y no obtendré un buen resultado final.
«Una buena salida es importante para el resultado final, voy a concentrarme para salir entre los primeros».
- Me he lesionado en dos ocasiones en este circuito, seguramente me volveré a lesionar.
Ya me he lesionado dos veces en este circuito, he aprendido de mis errores y no volverá a pasar.
- Esta pista no se me da muy bien, imposible obtener un buen resultado.
«Esta pista no se me ha dado bien hasta hoy, voy a intentar mejorar los puntos débiles para finalmente obtener un buen resultado».
- “Juan” tiene mejor moto que yo, como tiene ventaja me ganará.
«Aunque “Juan” tiene mejor moto, estoy convencido de mis posibilidades y sé que puedo ganarlo con mi moto».
- Tengo un piloto más rápido detrás de mí, tampoco voy a ofrecer mucha resistencia porque me pasará en un instante.
«Tengo un piloto más rápido detrás de mí, voy a ofrecer máxima resistencia porque es una posición menos en el resultado final de carrera, y además haré que se gane mi respeto».
- El equipo espera mucho de mí, seguramente no estaré a la altura de sus expectativas.
«Estoy tranquilo, he entrenado y lo he dado todo para llegar hasta esta competición, pondré la actitud y las ganas para estar a la altura que ha confiado en mí el equipo».
- El circuito está muy difícil, no conseguiré el resultado esperado.
«El circuito está difícil para todos, tengo que concentrarme al máximo para buscar buenas trazadas y intentar ser más hábil que mis rivales para obtener un buen resultado».
- Mis expectativas son quedar entre los diez primeros, estaré satisfecho si termino en la posición 10.
«Mis expectativas son quedar entre los diez primeros, intentaré dar el máximo de mí para estar más cerca del top 5».
- No disfruto en las carreras por los nervios, espero que se acabe ya esta competición.
«Me preparo todo el año para competir, voy a disfrutar de la competición porque al fin y al cabo hago este deporte porque me apasiona».
Vale la pena destacar que cada vez que pensamos estamos fabricando diferentes sustancias químicas. Los pensamientos negativos producen señales dañinas para el cuerpo. Haz la prueba: piensa en algo triste y a los pocos segundos la tristeza invadirá todo tu cuerpo. Por el contrario, imagina algo alegre o ríete con un chiste y te darás cuenta de que es otra la predisposición. Es que todo, completamente todo, está “en manos” del cerebro.